El amor imposible entre diseñadores y programadores

Ya empezamos mal, no se dice “programador” se dice “desarrollador”, y son la mitad de esta historia que te queremos explicar hoy. Se trata de una historia tan antigua como la memoria (RAM), en la que dos maneras de entender el mundo colisionan en un mismo punto: el proyecto.
En realidad este post pretende lo contrario de lo que enunciamos en el título: queremos hacer visible que una colaboración óptima entre diseñadores y desarrolladores es posible, fácil incluso, si ambas partes están dispuestas a dar un paso adelante y salir (aunque sea un poco) de su habitual espacio de comodidad.
El mejor punto de partida
Esta relación se suele establecer inicialmente de diseñador a desarrollador. Las agencias y estudios (o los diseñadores freelance) atrapan un jugoso proyecto y comienzan a soñar en términos de usabilidad, experiencia y estética, hasta que creen que llega el momento de buscar a un profesional para desarrollar y traducir todas esas ideas y layouts en una realidad on-line. Este es el primer punto clave para que ambos perfiles (diseño-desarrollo) sumen y optimicen resultados. ¿En qué etapa cree un diseñador que el desarrollador debe conocer el proyecto? ¿Tras el briefing? ¿Una vez el cliente ha aprobado las muestras de diseño? ¿Una vez generados los wireframes y el diseño de interfaces? Hay una enorme diferencia entre compartir información antes o después. Nuestra experiencia personal es que poder comentar los detalles justo en el momento en el que el que comienza la fase creativa (pre-briefing) es ideal. Los diseñadores suelen menospreciar la capacidad creativa de los programadores en ese sentido, creyendo que no podrán aportar nada de interés en esa etapa. Por otro lado, también es cierto que muchos desarrolladores suelen mirar hacia otro lado cuando se les plantea una colaboración a ese nivel tan primario. Aquí debe imperar el mismo sentido común que en cualquier otro ejercicio de networking: hay que buscar buenos colaboradores, con una visión integral y con capacidad para entender que todo lo que se invierta en la proyección inicial es una garantía de mejores resultados y optimización de tiempos.
En el peor de los casos, que suele ser el más habitual, el desarrollador adopta el proyecto en una fase donde ya se han impuesto ciertos inputs restrictivos, o dificultades innecesarias que exigirán muchas horas de trabajo y tendrán una repercusión escandalosa en los presupuestos. Pero bueno, los presupuestos están aprobados, todos tienen trabajo y la cosa se pone en marcha…
¿Qué hacer a partir de aquí?
Si no has podido compartir el desarrollo creativo inicial con tu media naranja (seas desarrollador o diseñador) ahora solo queda invertir en una buena comunicación interna. Cualquier wireframe, cualquier reunión aclaratoria o repaso de funcionalidades será de vital ayuda para mantener el proceso en marcha y evitar malentendidos. Incluso con las mejor de las intenciones y dedicando un tiempo razonable a crear esas herramientas comunes, los puntos difusos aparecen constantemente. Alguien a cada lado del equipo (diseño-desarrollo) debería velar por mantener abiertas y cordiales las vias de comunicación, recordando los cambios que puedan dar lugar y optimizando la resolución de errores. Es fundamental velar por mantener el ánimo y el buen ambiente, sobre todo en las etapas finales del proyecto, donde las fechas de entrega se convierten en espadas de Damocles para todos, y tendemos a replegar alas tratando de resolver “nuestra parte”, culpando a la otra de no avanzar a la misma velocidad, no compartir la información deseada, etc. Somos humanos y la tensión se cobra su precio, pero intentar mantener la vista puesta en el punto común que todo lo une (el proyecto) ayuda a que los esfuerzos se canalicen en la misma dirección: el éxito y la excelencia.
La calma tras la tormenta
Una vez superada la etapa más estresante toca seguir trabajando para que todo el equipo se sienta recompensado. Ya no hablamos solo de cobrar los honorarios previstos, sino de facilitar información sobre qué reacción ha tenido el cliente ante el resultado y qué efecto sobre los usuarios. Si el proyecto ha sido un hijo de todos, pues que todos puedan disfrutar de esos primeros pasos y sentirse igual de orgullosos. Y desde un punto de vista menos romántico, es el mejor momento para comentar qué posibles mejoras pueden implantarse en futuros proyectos, para ganar fluidez y calidad.
¿Somos demasiado utópicos? Si no fuera porque hemos tenido la suerte de experimentar de primera mano procesos óptimos de trabajo entre diseñadores y programadores tal vez agacharíamos la cabeza con resignación. Pero hemos visto que es posible hacerlo bien, o mejor dicho, hacerlo de la mejor manera posible, sumando con todo el equipo en lugar de limitarse a “repartir partes del trabajo”. Los proyectos que mejor han funcionado tienen que ver con esa alquimia entre diseño y desarrollo durante las fases iniciales. Eso nos convenció profundamente sobre la importancia de trabajar con gente que no solo fuese buena en su trabajo, sino que tuvieran el carácter de equipo y la ambición suficiente como para pasar por todas esas fases de relación con la mejor de las caras.
2 Comments
Jonathan
12 junio, 2012Genial artículo.
De un tiempo a esta son cada vez más habituales los seminarios, cursos y especializaciones en una ciencia/arte que a pesar estar entre nosostros desde hace décadas, es ahora cuando su utilidad se ve más relevante: la Arquitectura de la Información.
Esa disciplina es la que creo que de verdad tiende el puente en ese abismo que a veces parece infranqueable. Ya sea en la figura de un miembro más del proyecto o como parte de la formación tanto del diseñador como del desarrollador (necesaria en ambos para entenderse), la Arquitectura de la Información nos permite hablar de usabilidad y estructura de los wireframes con un lenguaje que se encuentra a camino entre las disciplinas artísticas y las ingenierias.
¿Hasta qué punto es una figura necesaria? ¿es el arquitecto de la información el eslabón necesario para unir esos dos “mundos”? Por lo que estoy viendo en la oferta formativa de muchos centros y universidades así lo parece.
Periferia Creative
13 junio, 2012Excelente aporte Jonathan,
sin duda, la Arquitectura de la Información es el puente perfecto enter ambos mundos, ya que tiene un pie en cada lado. No es un tema estético, ni un criterio simple sobre un efecto práctico concreto. Es una visión de conjunto sobre la experiencia de uso por la que todos los implicados en el proyecto deben velar, si realmente buscan la excelencia.
Tal es la importancia de esta fase intermedia que ya existen figuras responsables de ello, como pudimos ver en el último OFF Barcelona: el Usability Director. Así que ya estamos pensando en un futuro post que hable de la relación entre las tres figuras